Leo con atención
el artículo que
perpetra Manuel Llamas en referencia a la energía verde
y no puedo por más que congratularme de que
por lo menos una persona esté comiendo de intereconomía, aunque sea por
trabajos de encargo.
En este punto,
habría que distinguir si el texto es fruto de la carencia de unos recursos
intelectuales mínimos o de una limitada relación ética con su entorno que
deviene en posicionamientos morales próximos a la de “La Familia” que gobierna
este país.
Sin excluir, claro está, la
concurrencia de ambos principios pues se sabe que ante limitadas capacidades
intelectuales, un posicionamiento político servil puede ofrecer mayores
réditos que la, por otra parte abundante en
este país, excelencia profesional con la que contamos.
Comencemos por desmontar el falso
escenario que dibuja y la interesada lectura que de él realiza, pretender el
autor usar como ejemplo un periodo de la historia que se caracterizó por
proporcionar unas cotas de miseria antes nunca vistas para el ser humano y al
que en urbanismo se le ha venido a llamar “la Ciudad Enferma” por el terrible estado de degradación al que
llegaron las ciudades que se industrializaron prontamente con derivados del
petróleo.
Se producen a lo largo de este
s.XIX dos escenarios fundamentales a nivel mundial, por un lado aquellos
territorios que apenas participan del desarrollo industrial, esto implica a la gran
mayoría del planeta e incluso la mayor parte de los países desarrollados pues
la industrialización se produce en ciudades concretas no en todos los
territorios rurales. Estos territorios utilizaban masivamente y como es lógico
energía renovable, la de toda la vida por lo que no es de extrañar que la
mayoría de la energía fuese renovable.
Pero ¿qué pasaba en las ciudades industriazadas? El uso de derivados fósiles
aplicados a la tecnología creciente proporcionó a las fábricas la capacidad de
competir con las formas tradicionales de producción propias del mundo rural,
esto hizo que los pueblos dejasen de poder mantener económicamente a sus
habitantes. Ellos se vieron obligados a dejar sus casas y medios de vida para trasladarse
masivamente a ciudades ya atestadas que no estaban preparadas para absorber tal
cantidad de población que se insertaba en un contexto ya degradado
medioambientalmente, algo que en poco tiempo degeneró en grandes problemas de
masificación, salubridad, higiene, epidemias, enfermedades por contaminación y
por supuesto, explotación laboral. Tal
fue la situación, que es precisamente en esta época en la que nacen las
primeras experiencias históricas de intervención social planificada.
Este es el escenario que Manuel Llamas
pone como ejemplo, como referente. Vayamos ahora a la interpretación que tiene
miga, pues además de ser interesada, adolece de tales carencias conceptuales
que apetece, simplemente, ponerle la cara colorada al autor del mismo. Lo
haremos juntos, buscando que la extensión de un conocimiento simple impida a
otras personas influir en nuestra razón a través de la (esta) mentira. La frase
con la que nos vamos a ensañar es esta.
“Sin embargo,
la Revolución Industrial, y la consiguiente explotación de combustibles
fósiles, supuso un salto cualitativo en el desarrollo humano que, para muchos,
resulta hoy difícilmente comprensible.”
Empecemos por diferenciar el
Desarrollo, que es el crecimiento equilibrado de los factores capitales para el
desarrollo, del mero Crecimiento económico. Existen 4 factores que inciden en
el desarrollo, si no se produce un crecimiento armónico de los mismos lo que
nos encontramos son situaciones sociales desequilibradas o directamente dañinas
para el ser humano, estos factores son el Capital Económico (incluye medios
productivos y finanieros), Capital Natural (tanto la naturaleza que disfrutamos
y sus recursos como la que nunca vemos y siempre nos afecta), Capital Civil
(forma del estado, servicios,..) y Capital Humano (salud, ocio, cultura…somos
el objetivo de la economía).
Imaginemos una mesa, en la que el
sobre es el Desarrollo. Si las 4 patas no son estables, no crecen
armónicamente, por mucho que incrementemos el tamaño de una de ellas la mesa no
ganará altura, simplemente perderá equilibrio hasta tirar todo lo que pongamos
encima o caer ella misma, esta es la base del desarrollo y es precisamente una
lección que La Ciudad Enferma nos enseñó, que la humanidad aprendió en estos
años de deshumanización.
Un incremento desmesurado del
Capital Económico trajo consigo el
deterioro del Capital Natural y la
incapacidad de acción del Capital Civil, algo que acarreó tremendas
consecuencias para el Capital Humano. A tal nivel de degradación se llegó que
la propia industria se veía resentida, pues no era raro que tras una epidemia
prolongada que obligaba a cerrar las fábricas de una ciudad, el empresario
hubiera perdido a la clientela en favor de fabricantes de otras ciudades, algo
a lo que seguían despidos y más miserias en un proceso que ya alimentaba su
propia degradación.
Retomemos ahora la frase del
autor y veamos el error. ¿Creemos que supuso la Revolución Industrial un salto
cualitativo para el desarrollo humano? O más bien Manuel Llamas está intentando
identificar dinero con personas, Crecimiento con Desarrollo y Economía con
Sociedad para hacernos tragar una medicina que no cura a nadie, aunque no dudo
que pague vacaciones. Dejo esto en manos del lector y paso con menos detalle
sobre otras tantas tonterías falacias que vierte el autor.
Es sorprendente el retruécano
intelectual que hay que hacer para afirmar falsamente que “a pesar de que los
estados de algunos países ricos han impulsado de forma muy intensa la
generación de energía verde en las últimas décadas, lo cierto es que ésta no ha
dejado de descender.” Omite el autor la coletilla “en términos relativos” pues
no tiene la más remota voluntad de que sepa el lector que efectivamente estamos
en los mayores niveles históricos absolutos de generación por fuentes
renovables. Es simple de entender, la inmensa mayoría de territorios que tenían
que industrializarse lo hicieron con energía fósil que era hasta hace poco* la
más barata indiscutiblemente. Por este motivo, aunque cada vez se generaba más
energía verde, se generaba aun más energía mediante fuentes fósiles. Esto es algo que
hace descender la participación relativa de las renovables con respecto al
total de la energía producida.
* Explico esto. En muchos casos,
como el de España, la no sustitución se debe a la corrupción política (¿mediática?) y empresarial, pues y esto es importante, el coste del Kw/H
autogenerado (sin financiación) está en muchos momentos por debajo del precio
del mercado de la electricidad. Es decir, la energía que producen las eléctricas
es en muchos casos más cara que la que podemos producir nosotros en casa con
paneles solares.
Un inciso sobre algo que siendo
cierto, no es del todo veraz. Si bien es cierto que la fuente biomasa es la
principal aportadora de energía verde en el mundo, es ridículo pensar que
cortamos árboles con alto precio de mercado para echarlos al fuego, lo que se
tiran son las astillas, cortezas y ramas. La producción de biomasa se alimenta
fundamentalmente a través de productos de desecho de la industria maderera y
agrícola, así como de los residuos urbanos y detritus de las ciudades, este es
el motivo por el que las incineradoras de basura o algunas plantas de
tratamiento de agua tienen en muchos países estatus de productores energéticos. Le voy a dar la razón al autor en cuanto a la
censurable práctica de poner de tierras de cultivo al servicio de la producción
de biocombustible mediante la siembra de plantas modificadas genéticamente para obtener
altos rendimientos energéticos, algo que afecta negativamente tanto a personas
como al medioambiente. La alternativa no es quemar otro litro de petróleo, es
integrar la producción con biomasa en un ciclo agrícola estable y contribuir a
su sostenibilidad. En este sentido es un buen ejemplo el uso que en Andalucía
se hace del alpechín y otros desechos contaminantes, algo que vienen a hacer que
esta comunidad aporte prácticamente la cuarta parte de la energía por biomasa
generada en España.
Sobre las muertes, es de locos,
simplemente de locos. Partamos de un hecho incuestionable, en relación a la
generación de energía es cierto que la energía nuclear se muestra estadísticamente
como una instalación segura, pero no necesitamos atender más que a Chernóbil o Fukushima
para darnos cuenta de que el nivel de riesgo es excesivo o de que sólo la
necesidad de disponer de las grandes cantidades de energía barata que proporciona
la vía nuclear es la que justifica su utilización próxima a núcleos habitados.
En esta línea solo interesar al lector, el
futuro de la energía mundial será atómico, verde, seguro, barato, pacífico y
sostenible, el futuro se llama Torio y está a la vuelta de la esquina.
En cuanto al carbón, se rechaza de
plano el presente. Meter “de cucharilla” el carbón mineral como una energía
verde, limpia o renovable me parece un regalo de mal gusto y bastante sesgado
en la crítica. Cual usuario de anteojeras, el autor logra pasar por encima de
la polución atmosférica y efectos sobre la salud producida por el uso masivo de
combustibles fósiles y quedarse únicamente con el envenenado regalo que deja a
las renovables.
Termino con la última mentira de
este artista de la farsa. En términos de crecimiento meramente económico, no ya
de Desarrollo , la energía verde es absolutamente rentable, por mucho que
requieran financiación pues activa más recursos de los que deja de poner en
marcha y por vía de retornos fiscales (impuestos directos a estas empresas) en
todos los casos de la historia reciente de España se han producido amplios beneficios
de la inversión en renovables. Es simple, la financiación hace rentable la
generación, algo que activa la inversión privada y tiene impacto directo en la
creación de empleo, desarrollo empresarial y se aprecia positivamente en el PIB.
Además, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo disminuir
el precio de la tonelada CO2 emitida y dejando
mayor margen para el desarrollo empresarial. A nivel medioambiental evita
impactos cuya reparación cae del lado de la sociedad y garantiza mayores
niveles de salud general, algo que ayuda y mucho al sostenimiento económico del
estado. El dinero que ponen los estados
en las renovables SIEMPRE se ve multiplicado. Para el desarrollo de un país, las
renovables no han sido costosas ni en sus comienzos.
Por último, una llamada de
atención sobre lo que podemos llamar poéticamente una situación de “golpe de estado
sobre los conceptos”, en la que nos encontramos inmersos. Le sonará al lector
los muchos intentos de la política corrupta por condicionar la realidad de la
democracia, el “yo hago lo que me da la gana” pero digo que “digo que al
votarme me pediste que lo hiciera”. Esa es la forma en la que nos manipulan y
encima dicen que es culpa nuestra, es la forma en la que se hace creer a la
victima que se lo merece, la misma forma
en la que un presidente del gobierno recorta derechos y destruye un país amparándose
en las elecciones, la misma en la que un
bipartido secuestra una constitución y la pone al servicio de intereses
extranjeros, la forma en que un gobierno corrupto con dictatoriales ensueños obliga
a un país a participar de un mercado eléctrico aunque no lo necesite y pagar encima
diezmo por entregar gratis lo que es tuyo, es la forma en la que un personaje
como Manuel Llamas se atreve a decir que el resultado de sobres, pagas, sinvergüenzas
y seguiditas es una decisión que hemos tomado “todos nosotros”. No señor, la tomaron los mismos a los que
está bailando el agua a la espera de su siguiente sobre o sueldo.
¿Saben lo que le pasa a este
país? Claro que lo saben, todos lo sabemos… nos sobran demasiados Manueles.