lunes, 9 de junio de 2014

Dejen Trabajar

Desde hace tiempo veo en las decisiones de la directiva de PODEMOS cierta relación con el modelo de impulso del Frente Cívico, esto es algo que se aprecia especialmente en el anuncio de lista cerrada y suscrita por el mismo Pablo Iglesias para la definición de un primer modelo de estructura de partido.

Quede claro que el simio que suscribe estas líneas fue muy crítico con la forma en la que Julio Anguita formuló el proceso y que fue causa finalmente de la salida de muchos compañeros, la propia y la disolución de la primera asamblea del FC constituida en el estado. La excesiva dirección para una organización social de carácter democrático fue suficiente como para acelerar una inercia de pérdida de confianza que terminó por detener un proceso de extensión que hasta ese momento mantenía una clara inercia de crecimiento en la que reconozco a PODEMOS. 

Las actuales críticas a la dirección de PODEMOS por la forma en la que se afronta la redacción del primer modelo de estructura de la organización me invitan a considerar la posibilidad de una repetición de los acontecimientos y específicamente en este marco, aparentemente similar, quisiera expresar mi postura.
PODEMOS no es una estructura social de carácter democrático, es un partido político impulsado por un grupo reducido de personas que ha obtenido unos resultados electorales simplemente inimaginables. En las pasadas elecciones no se dio apoyo a una estructura formada y articulada, algo que aun no existe. En las pasadas elecciones se expresó la confianza en unas personas para acometer un plan político confiable para el conjunto.

Un partido político no puede funcionar como una organización social, en las organizaciones sociales expresamos nuestro yo colectivo, añadimos control al curso de nuestras vidas y podemos equivocarnos. Pero con los partidos políticos controlamos el curso de nuestra Historia y los errores no son permisibles.
Las personas que integran la estructura de PODEMOS saben que entran a formar parte de un partido en proceso de crecimiento orgánico, la confianza entregada a cualquier persona debe tener límites pero este no puede situarse antes de conocer la formulación completa de la propuesta cuyos epígrafes generaron tu confianza inicial.

Los poderes fácticos, la casta, el 1%, …aquellas personas a las que no le importa hacer del mundo un lugar peor están deseando meter la palanca en cualquier brecha, abrir distancias y dinamitar un proceso demasiado joven para haber siquiera fallado. 

Hay algo que debo confesar, no confío en Pablo Iglesias, no lo necesito para formar parte de PODEMOS. Tampoco es que desconfíe, me reconozco en su discurso pero no lo conozco y no tengo muchos argumentos para saber si a largo plazo cumplirá con las exigentes expectativas que despierta. En quien sí confío es el la gente que integra mi circulo de PODEMOS en la Rinconada. A la mayoría los he visto toda la vida trabajando por el bien común, muchas veces desde posiciones distintas pero siempre por objetivos comunes, en esa gente sí confío y mucho. Confío en que saben comprometerse con una causa común, en que son personas críticas tanto con la sociedad como con los movimientos a los que pertenecen. Sé que son capaces de afrontar la construcción del presente colectivamente y que como tales, tienen sobrada capacidad para encontrar acuerdo sobre una forma de partido que satisfaga el grueso de nuestras expectativas.  Pero para eso hace falta una forma mínima sobre la que poder empezar a articularse y tiempo que permita la reflexión.

No pensemos que la estructura de PODEMOS sea nunca un diseño perfecto ni lo esperemos del grupo promotor, si así lo hacemos no dejaremos espacio al aprendizaje y perfeccionamiento. Dejemos trabajar, esperemos resultados en la consideración de que no tienen siquiera que gustarnos, pues todo es reparable si se cumple la única garantía real que precisamos y la misma que en realidad pedimos a esta sociedad: Que el control último sobre la forma del acuerdo y las decisiones, quede permanentemente en nuestras manos para poder mejorarlo cuando lo acordemos.

Con esta premisa, dejemos también de necesitar la confianza en un grupo concreto y comencemos a confiar en la capacidad de la propia organización, de la gente que nos rodea, para encontrar el acuerdo en la construcción colectiva del presente.

Las personas que integramos PODEMOS tenemos ahora una misión, las Municipales deben ser la base sobre la que se asiente la gran masa social de PODEMOS. Los Ayuntamientos son espacios de proximidad desde el que poder impulsar una democracia cercana y directa, el municipio es el espacio en el que vivimos, el espacio que nos toca ocupar si queremos mejorar nuestras vidas. El empleo y la cohesión social no se crea en el BOE, se crea en los pueblos y ciudades con planes de desarrollo de alto impacto, innovadores, valientes y definidos en participación directa con la ciudadanía. Tenemos mucho trabajo y muy poco tiempo, si aceptamos la responsabilidad pongámonos en marcha.


El Simio que Suscribe…bajando de su rama.

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