miércoles, 21 de agosto de 2013

Sobre Renovables, porque sobran demasiados Manueles.



Leo con atención el artículo que perpetra Manuel Llamas en referencia a la energía verde  y no puedo por más que congratularme de que por lo menos una persona esté comiendo de intereconomía, aunque sea por trabajos de encargo. En este punto, habría que distinguir si el texto es fruto de la carencia de unos recursos intelectuales mínimos o de una limitada relación ética con su entorno que deviene en posicionamientos morales próximos a la de “La Familia” que gobierna este país.  Sin excluir, claro está, la concurrencia de ambos principios pues se sabe que ante limitadas capacidades intelectuales, un posicionamiento político servil puede ofrecer mayores  réditos que la, por otra parte abundante en este país, excelencia profesional con la que contamos.

Comencemos por desmontar el falso escenario que dibuja y la interesada lectura que de él realiza, pretender el autor usar como ejemplo un periodo de la historia que se caracterizó por proporcionar unas cotas de miseria antes nunca vistas para el ser humano y al que en urbanismo se le ha venido a llamar “la Ciudad Enferma”  por el terrible estado de degradación al que llegaron las ciudades que se industrializaron prontamente con derivados del petróleo.

Se producen a lo largo de este s.XIX dos escenarios fundamentales a nivel mundial, por un lado aquellos territorios que apenas participan del desarrollo industrial, esto implica a la gran mayoría del planeta e incluso la mayor parte de los países desarrollados pues la industrialización se produce en ciudades concretas no en todos los territorios rurales. Estos territorios utilizaban masivamente y como es lógico energía renovable, la de toda la vida por lo que no es de extrañar que la mayoría de la energía fuese renovable.

Pero ¿qué pasaba en las ciudades industriazadas? El uso de derivados fósiles aplicados a la tecnología creciente proporcionó a las fábricas la capacidad de competir con las formas tradicionales de producción propias del mundo rural, esto hizo que los pueblos dejasen de poder mantener económicamente a sus habitantes. Ellos se vieron obligados a dejar sus casas y medios de vida para trasladarse masivamente a ciudades ya atestadas que no estaban preparadas para absorber tal cantidad de población que se insertaba en un contexto ya degradado medioambientalmente, algo que en poco tiempo degeneró en grandes problemas de masificación, salubridad, higiene, epidemias, enfermedades por contaminación y por supuesto, explotación laboral.  Tal fue la situación, que es precisamente en esta época en la que nacen las primeras experiencias históricas de intervención social planificada. 

Este es el escenario que Manuel Llamas pone como ejemplo, como referente. Vayamos ahora a la interpretación que tiene miga, pues además de ser interesada, adolece de tales carencias conceptuales que apetece, simplemente, ponerle la cara colorada al autor del mismo. Lo haremos juntos, buscando que la extensión de un conocimiento simple impida a otras personas influir en nuestra razón a través de la (esta) mentira. La frase con la que nos vamos a ensañar es esta. 

“Sin embargo, la Revolución Industrial, y la consiguiente explotación de combustibles fósiles, supuso un salto cualitativo en el desarrollo humano que, para muchos, resulta hoy difícilmente comprensible.”

Empecemos por diferenciar el Desarrollo, que es el crecimiento equilibrado de los factores capitales para el desarrollo, del mero Crecimiento económico. Existen 4 factores que inciden en el desarrollo, si no se produce un crecimiento armónico de los mismos lo que nos encontramos son situaciones sociales desequilibradas o directamente dañinas para el ser humano, estos factores son el Capital Económico (incluye medios productivos y finanieros), Capital Natural (tanto la naturaleza que disfrutamos y sus recursos como la que nunca vemos y siempre nos afecta), Capital Civil (forma del estado, servicios,..) y Capital Humano (salud, ocio, cultura…somos el objetivo de la economía). 

Imaginemos una mesa, en la que el sobre es el Desarrollo. Si las 4 patas no son estables, no crecen armónicamente, por mucho que incrementemos el tamaño de una de ellas la mesa no ganará altura, simplemente perderá equilibrio hasta tirar todo lo que pongamos encima o caer ella misma, esta es la base del desarrollo y es precisamente una lección que La Ciudad Enferma nos enseñó, que la humanidad aprendió en estos años de deshumanización.

Un incremento desmesurado del Capital Económico  trajo consigo el deterioro del Capital Natural  y la incapacidad de acción del Capital Civil, algo que acarreó tremendas consecuencias para el Capital Humano. A tal nivel de degradación se llegó que la propia industria se veía resentida, pues no era raro que tras una epidemia prolongada que obligaba a cerrar las fábricas de una ciudad, el empresario hubiera perdido a la clientela en favor de fabricantes de otras ciudades, algo a lo que seguían despidos y más miserias en un proceso que ya alimentaba su propia degradación.

Retomemos ahora la frase del autor y veamos el error. ¿Creemos que supuso la Revolución Industrial un salto cualitativo para el desarrollo humano? O más bien Manuel Llamas está intentando identificar dinero con personas, Crecimiento con Desarrollo y Economía con Sociedad para hacernos tragar una medicina que no cura a nadie, aunque no dudo que pague vacaciones. Dejo esto en manos del lector y paso con menos detalle sobre otras tantas tonterías falacias que vierte el autor.

Es sorprendente el retruécano intelectual que hay que hacer para afirmar falsamente que “a pesar de que los estados de algunos países ricos han impulsado de forma muy intensa la generación de energía verde en las últimas décadas, lo cierto es que ésta no ha dejado de descender.” Omite el autor la coletilla “en términos relativos” pues no tiene la más remota voluntad de que sepa el lector que efectivamente estamos en los mayores niveles históricos absolutos de generación por fuentes renovables. Es simple de entender, la inmensa mayoría de territorios que tenían que industrializarse lo hicieron con energía fósil que era hasta hace poco* la más barata indiscutiblemente. Por este motivo, aunque cada vez se generaba más energía verde, se generaba aun más energía mediante fuentes fósiles. Esto es algo que hace descender la participación relativa de las renovables con respecto al total de la energía producida.

* Explico esto. En muchos casos, como el de España, la no sustitución se debe a la corrupción política (¿mediática?) y empresarial, pues y esto es importante, el coste del Kw/H autogenerado (sin financiación) está en muchos momentos por debajo del precio del mercado de la electricidad. Es decir, la energía que producen las eléctricas es en muchos casos más cara que la que podemos producir nosotros en casa con paneles solares.

Un inciso sobre algo que siendo cierto, no es del todo veraz. Si bien es cierto que la fuente biomasa es la principal aportadora de energía verde en el mundo, es ridículo pensar que cortamos árboles con alto precio de mercado para echarlos al fuego, lo que se tiran son las astillas, cortezas y ramas. La producción de biomasa se alimenta fundamentalmente a través de productos de desecho de la industria maderera y agrícola, así como de los residuos urbanos y detritus de las ciudades, este es el motivo por el que las incineradoras de basura o algunas plantas de tratamiento de agua tienen en muchos países estatus de productores energéticos.  Le voy a dar la razón al autor en cuanto a la censurable práctica de poner de tierras de cultivo al servicio de la producción de biocombustible mediante la siembra de plantas modificadas genéticamente para obtener altos rendimientos energéticos, algo que afecta negativamente tanto a personas como al medioambiente. La alternativa no es quemar otro litro de petróleo, es integrar la producción con biomasa en un ciclo agrícola estable y contribuir a su sostenibilidad. En este sentido es un buen ejemplo el uso que en Andalucía se hace del alpechín y otros desechos contaminantes, algo que vienen a hacer que esta comunidad aporte prácticamente la cuarta parte de la energía por biomasa generada en España.

Sobre las muertes, es de locos, simplemente de locos. Partamos de un hecho incuestionable, en relación a la generación de energía es cierto que la energía nuclear se muestra estadísticamente como una instalación segura, pero no necesitamos atender más que a Chernóbil o Fukushima para darnos cuenta de que el nivel de riesgo es excesivo o de que sólo la necesidad de disponer de las grandes cantidades de energía barata que proporciona la vía nuclear es la que justifica su utilización próxima a núcleos habitados.

En esta línea solo interesar al lector, el futuro de la energía mundial será atómico, verde, seguro, barato, pacífico y sostenible, el futuro se llama Torio y está a la vuelta de la esquina.

En cuanto al carbón, se rechaza de plano el presente. Meter “de cucharilla” el carbón mineral como una energía verde, limpia o renovable me parece un regalo de mal gusto y bastante sesgado en la crítica. Cual usuario de anteojeras, el autor logra pasar por encima de la polución atmosférica y efectos sobre la salud producida por el uso masivo de combustibles fósiles y quedarse únicamente con el envenenado regalo que deja a las renovables.

Termino con la última mentira de este artista de la farsa. En términos de crecimiento meramente económico, no ya de Desarrollo , la energía verde es absolutamente rentable, por mucho que requieran financiación pues activa más recursos de los que deja de poner en marcha y por vía de retornos fiscales (impuestos directos a estas empresas) en todos los casos de la historia reciente de España se han producido amplios beneficios de la inversión en renovables. Es simple, la financiación hace rentable la generación, algo que activa la inversión privada y tiene impacto directo en la creación de empleo, desarrollo empresarial y se aprecia positivamente en el PIB. Además, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, haciendo disminuir el precio de la tonelada CO2 emitida y  dejando mayor margen para el desarrollo empresarial. A nivel medioambiental evita impactos cuya reparación cae del lado de la sociedad y garantiza mayores niveles de salud general, algo que ayuda y mucho al sostenimiento económico del estado.  El dinero que ponen los estados en las renovables SIEMPRE se ve multiplicado. Para el desarrollo de un país, las renovables no han sido costosas ni en sus comienzos. 

Por último, una llamada de atención sobre lo que podemos llamar poéticamente una situación de “golpe de estado sobre los conceptos”, en la que nos encontramos inmersos. Le sonará al lector los muchos intentos de la política corrupta por condicionar la realidad de la democracia, el “yo hago lo que me da la gana” pero digo que “digo que al votarme me pediste que lo hiciera”. Esa es la forma en la que nos manipulan y encima dicen que es culpa nuestra, es la forma en la que se hace creer a la victima que se lo merece,  la misma forma en la que un presidente del gobierno recorta derechos y destruye un país amparándose en las elecciones,  la misma en la que un bipartido secuestra una constitución y la pone al servicio de intereses extranjeros, la forma en que un gobierno corrupto con dictatoriales ensueños obliga a un país a participar de un mercado eléctrico aunque no lo necesite y pagar encima diezmo por entregar gratis lo que es tuyo, es la forma en la que un personaje como Manuel Llamas se atreve a decir que el resultado de sobres, pagas, sinvergüenzas y seguiditas es una decisión que hemos tomado “todos nosotros”.  No señor, la tomaron los mismos a los que está bailando el agua a la espera de su siguiente sobre o sueldo.

¿Saben lo que le pasa a este país? Claro que lo saben, todos lo sabemos… nos sobran demasiados Manueles.

1 comentario:

  1. Según Manuel es lo que pensamos todos y todos hemos rechazado ya las renovable, pobre hombre, ¿en que entorno se debe mover?, bueno, en intereconomía, que más se puede decir, que les pongan rejas a puertas y ventanas y pidan ayuda psiquiátrica.

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